C1
Por Viridiana Nárud
¿Te sorprendería saber que la vida
sin ti continúa bien? El temor de mi codependencia siempre habló más de ti que
de mí. Yo te escuchaba y guardaba silencio. Hablabas como si no quisieras
habitar este mundo. Por encima de todo, incluso, de tus propios sentimientos.
Te alejaste tanto de ti que ya no sabes cómo estar contigo mismo. No podía ser
exigente.
Tengo un universo propio. Nada ni
nadie me hace falta. Tú tenías la capacidad de agrandar mi universo. Leía tu
cuerpo y comprendía cosas. ¿Recuerdas que era capaz de saber los problemas de
las personas sólo por ver su manera de andar? Para dejar de pensar en ti
tendría que existir el olvido puro y claro. Yo no sufro de ninguna enfermedad
para alcanzarlo.
Dicen que la vergüenza es un
sentimiento revolucionario. ¿Es cierto? La historia se somete a revoluciones
constantes, tan grandes y violentas que hemos sido incapaces de notar los
cambios. Nos creemos esclavos de nosotros mismos y guardamos la libertad para
la poesía y las artes, ¿la libertad de los cuerpos, de la mente?
Te necesito, no por temor a la
muerte, ni para ser feliz. Me encuentro contigo en la ausencia. En plenitud de
mí y del silencio que nos acompaña.
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