Las deudas de la escritura
Por Viridiana Nárud
Si yo pudiera algún día liberarme de la escritura y vivir sin
su yugo, lo haría. Renunciaría a ella con tal de ver la realidad sin contrastes
tan altos. Me entregaría a una pasión sin necesidad de mitificarla con letras
ni tratar de imaginar al sujeto amado como héroe para no creerlo un vulgar y
simple ser humano. Me abandonaría al destino y su tragedia. Iría ciega por el
mundo con una sonrisa.
Dejaría de soñar si es necesario, de tener alma y ser
inconsciente de todo lo que me rodea. Iría a manifestaciones y dejaría
infectarme por la febril masa y apuñalaría a personas porque mis instintos me
lo ordenan. Adoraría a mi presidente y nación. Sería un animal que se cree
libre, lleno de prejuicios. ¡Qué importa la realidad!
Lo único que me importaría es esa supra realidad creada por
marcas y trabajaría para no vivir y comprar muchas bolsas y zapatos. Miraría a
mi compañero con indolencia y le escupiría un gargajo de ser posible. Crearía
chismes y tensiones dentro de una oficina para ganar un acenso. Sería feliz
creyendo que lucho por la felicidad siendo esclava de un corporativo.
Caminaría de la mano junto a ti y te miraría como una idiota.
La baba caería de mi boca y dejaría rastro sobre el pavimento porque ese será mi
mayor huella en el mundo. La baba de un amor simple y sin sentido.
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