También tienen hambre
Por Viridiana Nárud
Una marcha desigual. Sus cuerpos se desvanecen. No hay
poesía. El sol magulla sus cuerpos. Sus pieles visten a la muerte. Tienen
hambre. No hay miedo, sólo sumisión. Miro fijamente al hombre que cuelga del
hombro de su compañero. Miro fijamente a todos sus ancestros y la historia de
la humanidad. Guardo silencio. A nadie le gusta escuchar el dolor de los vivos.
Miro la vitrina. Una blusa radiante. Una tarjeta de crédito
contiene la felicidad. Al menos, un instante. Miro la etiqueta. Hecho en… Una tarjeta de
crédito. Un libro. Cientos de libros que me ayuden a comprender la realidad.
¿En qué momento la poesía abandonó la realidad?
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