Una mujer interesante
Por Viridiana Nárud
En un ensayo
escrito por Ortega y Gasset el filósofo dice que un hombre interesante es aquel
que es amado por varias mujeres y no sólo por una. Es contundente al decir: del hombre no interesante no se enamora
ninguna mujer. Lo que hizo preguntarme ¿quién es una mujer interesante?
¿Cuál es su virtud? ¿Quién se enamora de ella? ¿Se enamoran de ella?
Para
responder estas preguntas primero tendríamos que dar respuesta a una interrogante
sencilla: ¿qué es una mujer interesante? Lo que podríamos responder con
conceptos que nos podrían extraviar. P. ej. Decir que una mujer interesante es
aquella que es inteligente, educada, poderosa, capaz de ocupar puesto poder al
nivel de un hombre… Podríamos englobarla en un concepto muy utilizado hoy en
día: Una mujer interesante es una mujer empoderada. Sin embargo, yo creo que en
esta reducción existen riesgos de que el alma femenina sea incapaz de crearse a
sí misma.
De alma dice
Heráclito lo siguiente: No describirías los límites del alma aunque recorrieses
todos los caminos; tal es la profundidad de su significado. Heráclito habla de
profundidad y si somos capaces de imaginar la profundidad del mar podremos
darnos cuenta que existe un lugar totalmente inexplorado y oscuro para la vista
del hombre (homo sapiens). El alma es
creación. Ya lo dijo bien John Keats: Llama al mundo, si quieres, “el valle de
la creación del alma”.
Decir que
una mujer interesante es una mujer empoderada, es una traición a nuestra propia
capacidad de crear alma. En la actualidad, se dibujan en las películas y
series, arquetipos femeninos de mujeres empoderadas demasiado frívolos. Clare
Underwood, es un ejemplo en donde el intelecto sin intuición, la convierte en un personaje apolíneo
y destructor. La fuerza femenina que podría contener es ignorada. Quiero
dejar claro que al hablar de masculino y femenino me refiero a las energías y
no a las personificaciones conceptualizadas hoy en día que han creado una
pelea.
También se encuentra el personaje de Lou-Andreas Salomé que se dio a conocer por burlar a los
hombres más inteligentes de un siglo. Entre ellos Friederich Nietzsche;
Freud, Rilke… No es que no me emocione este personaje seductor en una época en
donde la represión a la mujer y su sexualidad era lo común. Es interesante ver cómo a través de
su belleza e intelecto se burlara a los intelectuales más famosos de ese siglo.
Sin embargo, la burla, luce ante mí como la misma que aparece en personaje de Don Juan. Ese
hombre que toma lo que quiere impulsado por el deseo y destruye al otro sin
importar más nada.
Si algo he
observado en estos últimos cinco años es a una generación de mujeres que entran
a los cuarenta años y se cuestionan si valió la pena renunciar a esta idea de
la feminidad impuesta. ¿Valió la pena no ser madre? Es una interrogante más común de lo que uno podría imaginarse. Aún recuerdo a una mujer
que ha triunfado como directora cinematográfica decirme: La próxima semana me quitan la matriz. Tengo un tumor del tamaño de una
naranja. Es un hecho que jamás seré madre. Es ahora que me pregunto si en
verdad no quería serlo.
Las mujeres
interesantes de la generación de los 70 se encuentran, en su mayoría solas.
Renunciaron a ese sueño colectivo de la feminidad y marcharon en una búsqueda solitaria
sin destino fijo. Abrieron brecha a mi generación en donde no tener una pareja a la edad de 30 es aceptado y figurar en el mundo intelectual que en su mayoría, incluso en la actualidad, sigue siendo un ámbito masculino. Una mujer interesante es aquella que tiene pleno dominio de
sí misma, que se cuestiona constantemente su quehacer en la Tierra, abre caminos a generaciones futuras y su búsqueda
de la libertad la aleja de un prototipo que va más allá del empoderamiento y la
seducción.
Una mujer
interesante no sólo es una mujer empoderada o seductora y esa refracción de su
alma en el mundo exterior, la hace difícil
de entender en medio de una sociedad cada más esquematizada acostumbrada a conceptualizar
los hechos del alma en meros estereotipos. La libertad de una mujer
interesante, a diferencia de los hombres, la aleja de éstos. No la aman por ser
lo que es, por contrario, se crea una tensión entre la duda y el amor. Hace falta cuestionar qué es esa
mujer interesante, cómo es que vive el amor y cómo un hombre recibe esa herida
ante un alma dispuesta a complejizarse cada vez más con los años. Pero eso no
es algo que no pienso cuestionarme el día de hoy.
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