Horas de felicidad

Por Viridiana Nárud

En mi barrio han comenzado a suceder cosas extrañas. Apenas hace un mes la vecina del Cedro 21 se suicidó. Se encerró en el baño y se cortó las venas. Dejó a sus hijos viendo el televisor. Fue el llanto implacable del menor el que alertó a los vecinos. La sirena de la ambulancia no me permitió ver el cadáver de la mujer. Su esposo, un mestizo bastante guapo, se encontraba sin poder articular emoción alguna. Esperó que llegara su hermana y poder hacer su declaración al MP.
Era amable, siempre atenta con los vecinos. ¿Por qué lo habría hecho? Hasta donde se tiene conocimiento el marido no le era infiel, por el contrario, mantenía hacia ella una especie de idolatría muy típica de los de su especie. Todos nos dábamos cuenta cómo es que la miraba. Trabaja horas extra para darle la vida que creía merecían su esposa e hijos. Estaban próximos a cambiarse al barrio de enfrente, uno verdaderamente de lujo. La vida de departamentos quedaría atrás para darle la bienvenida a las casas con mármol en la cocina.
Pero cuando lo extraño deja de ser extraordinario comienza a ser cotidiano, uno se acostumbra. A los dos días, otro hecho parecido sucedió, la vecina del Nogal B 14 también cometió suicidio. Dejó a sus hijos con la vecina, dijo que iría rápido al super mercado. Los vecinos al esperarla durante dos horas comenzaron a temer un accidente. Uno de ellos fue al supermercado que queda a una cuadra del condominio. No la encontró. No ambulancias en la calle. Preguntó al señor del puesto de la tiendita, nadie la vio. Esperaron a que el esposo llegara. El grito los alertó. La ambulancia nuevamente. Esta vez nadie salió de sus casas. El esposo sin expresión. Exitoso dentro de una clase media.
Comenzaron las investigaciones. ¿Sería un asesino serial? ¿Un amante prófugo de la justicia? Los rumores no respetan a los muertos. Pronto comenzaron a ver a todos los vecinos como sospechosos. Las muertes se cesaron durante una semana. ¿Próxima víctima? La vecina de Encino dos. Mismo modus operandi.
Las investigaciones no se detuvieron, los viudos se mudaron. El rumor ante un posible engaño los tenía devastados. Los resultados que arrojaron las investigaciones fueron sorprendentes. Nadie podía creerlo. Nadie le era infiel a nadie. Todo estaba bien, de hecho, demasiado bien. Las mujeres eran felices, realmente felices. Fue la felicidad, dijo un vecino. 


Resultado de imagen para muñecas barbie fotos artisticas

Comentarios

Entradas populares