Esfacelo
Dejarse caer sin arnés, sin certezas ni seguridad de nada,
eso es la escritura. No conozco compañeros de ruta. Mirar atrás en la noche es
encontrarse con fantasmas que no nos abandonan, es conocer el rostro enfermo de
nosotros mismos, el rostro de la ilusión encarnada en realidad. ¿Cuántas veces
me he salvado de mí, de mi desesperación, de esta necesidad y urgencia de
sentir? ¿A caso es una necesidad? Porque yo siento sin querer. Las huellas de
mis dedos sienten y los nervios en mis brazos dictan una sensación incómoda, la
respiración en el pecho entrecortada, adelantándose a la muerte del corazón.
Curará, me digo mientras curo el esfacelo de mi corazón. ¿Curará? Madre, abrázame con tus brazos de madre. Sé mi refugio esta noche. Este cuarto de hospital da miedo. La humedad, la gotera del aire acondicionado no me deja dormir.
Acostumbrada a caer, el placer del vacío, el terror de la oscuridad. Ya viene la noche, ya viene…
¿Madre?
Curará, me digo mientras curo el esfacelo de mi corazón. ¿Curará? Madre, abrázame con tus brazos de madre. Sé mi refugio esta noche. Este cuarto de hospital da miedo. La humedad, la gotera del aire acondicionado no me deja dormir.
Acostumbrada a caer, el placer del vacío, el terror de la oscuridad. Ya viene la noche, ya viene…
¿Madre?
Comentarios
Publicar un comentario