No siempre llega el mejor

A José:


Es en la ausencia de las personas cuando se extraña. Te he pensado tanto. Cuando nos conocimos, años atrás, me dijiste: Esta es una carrera de relevos, no siempre llega el mejor sino el que persiste. ¿Escuchaste alguna vez tus consejos? Porque yo a ti, sí. Esa frase la he repetido en entrevistas, cuando estoy sola y quiero dejar atrás este mundo de ilusión y fantasías. Porque amigo, el arte es una ilusión. Sé que eras partidario y defensor férreo de la realidad, pero nunca hemos sido capaces de habitarla.

Constantemente me decías que no debíamos sentir como los demás, porque somos artistas, porque somos marcianos y porque eso estaba bien. Amigo, quisiera que hubieses escuchado tus propias palabras. Te extraño. Contigo sentía libertad de no ser juzgada por mi forma de sentir tan poco inusual en una sociedad represora y reprimida. Me gustaba ser una marciana que tenía un amigo marciano que la impulsaba a hacer cosas aún más extrañas que las que ella haría.

Contigo se fue un legado de sabiduría, la oportunidad de saber más del mundo y de las letras, pero también se fue un compañero cómplice de otro planeta.  Hasta nunca, amigo, porque tú no creías en el alma ni en reencarnaciones.