Correspondencia no entregada
Por Viridiana Nárud
En esta ciudad nadie habla de
estrellas porque son pequeñas. Me
pregunto si tienes pecas en la espalda. Quiero dibujar
constelaciones… Uno se siente unido a otra persona sin razón
aparente. Mientras hablo múltiples tipos hablan en mí. Apenas puedo saber quién
soy. Mi voz dice una cosa, mis dedos dicen otra y mi mirada dirigida a ti.
Cada vez te entiendo menos.
Mi madre me enseñó que uno no debe
pensar en otra persona si no se tiene la certeza de que esa otra persona piensa
en ti. ¿Existen certezas?
Una cereza es tu boca.
P.D. Ayer hablé poco.
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