Febrero y marzo


Nada temo porque nada siento. He visto cosas que no quisiera jamás haber visto. A veces los recuerdos se instalan en el cuerpo. Primero, el hombro izquierdo; después, un hilo de dolor se conecta a mi cerebro. La luz insoportable. Algo más profundo intenta escaparse de mí. Cierro los ojos.
Amanece.

El peso de mi cuerpo en cada trote me recuerda que estoy viva. El dolor deja de ser dolor y se convierte en placer. Los árboles, el aire sucio, los motores del coche y la energía invisible de la vida… Estás viva.
La tristeza se convierte en adicción.
Me toco aquí, me toco allá. ¿Has visto las flores florecer en invierno? A pesar del frío sobreviven. Febrero y marzo no pertenecen a ninguna estación. Muerte y vida. Mamá, quiero regresar a casa. Esta nueva casa no me gusta.





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