“Él era un hombre destinado a vivir”1

 1Discurso final de Kirílovich en el libro “ Los hermanos Karamázov” al culpar a  Mitia de la muerte de su padre.

En terapia una de las cosas que he aprendido es que no siempre vivimos nuestra propia vida y tampoco cumplimos nuestros propios sueños. El inconsciente opera tan misteriosamente que creemos vivir nuestra propia vida, pero ¿en realidad eso sucede? De mis temas más repetidos en estos tres años en terapia ha sido la relación entre mi padre y yo. Me he dedicado a corregir su letra, por algo me he convertido en una escritora estricta y sumamente voraz con lo que respecta a mi disciplina de lectura. Si él no lo hizo bien, yo tendré que hacerlo excelente. Al parecer así es como ha operado mí mente y aunque creí estar viviendo mi vida, en realidad vivía corrigiendo faltas en la vida de mi padre.

Los pecados de los padres serán saldados con los hijos y yo me digo qué putas madres tengo que ver con sus pecados. El complejo, el trauma, explota innumerablemente en la vida de los individuos y desciende a sus vástagos hasta ser visto. Es decir, podemos vivir una vida hasta morir viviendo y repitiendo aquello que nuestros antepasado no quisieron ver. Por este motivo he desarrollado una creencia en donde me digo que todo escritor nace en una familia por el cúmulo de secretos que desean ser expuestos.

Este romance que mantengo con la soledad no sé si sea propio, a veces me aíslo sin querer, aún deseando en lo más íntimo poder conectarme con los otros. Por ello observo y veo como si un cristal me separa de los otros y me permitiera conocer de manera más intima y profunda a las personas. De mis abuelas, aprendí que uno no debe casarse sin amor, pero también aprendí a renunciar a este sentimiento. Aprendí de mi abuela paterna a renunciar a mi feminidad por su catolicismo extremo, por la culpa oculta de la sensualidad que implica ser mujer. Soy un caos, mi sensualidad y sexualidad van de cero a cien sin explicación alguna. De mis abuelos aprendí el silencio, la forma de narrar de historias, de mi familia aprendí que el sentimiento aunque se oculte es real y es lo que guía la vida de las personas, que necesita expresarse por más terrible que sea para dejar la tragedia del Destino atrás, pero en mi familia todos callan.  

¿Estoy destinada a vivir?

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