Noche de abril


No puedes entenderlo. Quieren estar conmigo aunque no les dé nada. El hombre frente a mí me pidió que escribiera de él. Yo lo tomé a broma. Uno más que quiere que cuente su historia. Se sentó frente a mí. Quisiera ser yo, saber qué se siente. Pero tengo una familia y expectativas. El hombre se sentía seguro de decirme todo esto. Soy un manipulador, hago que las personas hagan lo que yo quiera… el poder enferma… Tiene treinta años, hijo de empresarios libaneses. Me dice su apellido y lo que representa. Yo escucho atenta. Si algo no sale como yo quiero simplemente desaparezco. No quiero saber más del tema. Hablo por primera vez y le pregunto si esta actitud afecta su vida personal. Un silencio nos divide. ¡Estoy soltero! Pausa breve. Estoy soltero… supongo que también afecta mi vida personal. Soy incapaz de contestar el teléfono, de hablar con mi hermano… Trato de no sorprenderme. No quiero escuchar las palabras. Las personas se acercan a mí y me cuenta su historia. Me cuentan sus deseos de ser. Yo, como me enseñó la vida, digo que lo hagan. Él promete buscarme, que quiere verme nuevamente. Conozco ese tipo de hombres. Conmigo sienten que serán capaces de ser quienes quieren ser. Me hablará una vez más y como es su costumbre, dejaran mis mensajes en visto rompiendo la promesa de volverme a ver.




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