Brando, la búsqueda de la verdad
Por Viridiana Nárud
@viridianaeunice
Siempre me he imaginado que el ser humano esconde en sí mismo
su veneno y antídoto. Una vez que el hombre lo consume tiene que ir en una
búsqueda de sí mismo para encontrar aquello que lo mata y salva. A veces, en
una sociedad cruel como la que habitamos, decir la verdad es un acto absurdo,
y, el no hacerlo nos sumerge en una profunda depresión en donde la mentira prevalece.
Pero la mentira no puede ser eso si no oculta una verdad, es por ello que cada
vez que se enuncia, un destello de lo que se oculta sale. La indiferencia puede
ser provocada por un gran sentimentalismo que se ha negado durante toda la
vida. Así que vamos creciendo y no hacemos personas fuertes, duras, invencibles,
crueles y mentirosas porque todos tenemos más miedo a la muerte del amor que a
la muerte de la vida. Quizá porque la primera involucra la ruptura con la
esperanza.
Cada vez que voy al teatro y veo a esos actores de la compañía
nacional o a los que viven marginados de los presupuestos del estado, regreso a
mi casa aburrida, decepcionada. Pretenden, no mienten, ni siquiera se ocultan.
Dicen ser honestos y no hay mayor aburrimiento que la desnudes de un alma sin
pudor. Como un cuerpo desnudo que deja caer su ropa para que el público se
sorprenda por el morbo que puede provocar. ¿Dónde quedó la intriga? ¿La revelación?
¿La sensualidad?
¿Por qué los actores tienen miedo y se alejan de él y no lo
toman en sus manos y dejan hundirse en ese sentimiento? ¿En qué momento se tuvo
más miedo a ser recordado por la vida que por la obra? ¿Por qué pretenden que
exista luz sin claroscuros? Algunos santos para serlo, primero fueron
mercenarios y perseguidores de cristianos.
Marlon Brando en el documental “Conversando con Brando”,
Marlon nos da una cátedra de lo que significa la actuación, la mentira, la
estafa, la verdad que nos rebela y cómo también un actor puede salvar al hombre
de una depresión. Brando es el personaje arquetípico del “Loco” que se dejó
llevar por sus impulsos inconscientes sin comprender qué energías lo dominaban.
Fue al final de su vida donde cobró conciencia que sólo la introspección, esa
mira al abismo de lo que nosotros mismos, es lo único que nos puede salvar.
La catedra que queda documentada en cintas que el mismo autor
grabó, no sólo sirven para los actores, sino para todos aquellos que nos
alejamos de nosotros mismos cambiando de residencia continuamente, de país, que
nos enamoramos de los extranjeros pensando que en sus rostros no hay mentira y
podremos encontrar la libertad en el exterior o comprándola. Sin embargo, nada
de esto sirve si no tenemos una mirada interna que después vea al exterior para
poner un pie en él.
Después de escuchar a Brando quisiera que el miedo me giara
por un instante, que esa soledad me abrasara y ver cómo se puede sobrevivir a
pesar de las llagas. Brando sobrevivió a sí mismo, a su dolor, a su
inconsciencia. Y si logró esto fue por el hecho de haber sido honesto al inicio
y final de su vida y carrera. “El último tango en Paris”, se nos muestra
desnudo, oculto entre el personaje, con palabras que le pertenecen veladas en
la ficción. En “Apocalypse now” se muestra en esos claroscuros que crean al
mito y “En un tranvía llamado deseo” se arroja por primera vez a ese mundo con
la inocencia que fue corrompida por el negocio cínico del cine. Para mí, Brando
es el personaje arquetípico del Loco que termina su danza envuelto de todas
esas fuerzas que acompañan a los iluminados después de haber cruzado un alto
nivel de dolor y transformación.
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