Apuntes sobre el cuerpo
Por Viridiana Nárud
A veces creo
que esa adolescente con sobrepeso nunca abandonó a esta Viridiana. Miro mi
cuerpo desnudo y sigo su cartografía. Las estrías, la celulitis y su completa
imperfección. La moda no está hecha para mí. La ropa cada vez más pequeña hace casi imposible que un pantalón me quede de las piernas; cuando me
levanto después de una cena con un hombre, me miran sorprendidos por mi
estatura. Demasiado alta, leo en sus miradas.
Estoy frente
al espejo. Mi reflejo me observa y quisiera que no lo hiciera. Nos miramos como
si fuéramos dos extrañas. Me han dicho que después de los treinta ningún hombre
te cree atractiva. Lo cierto es que a los veinte tampoco me sentí así. Generalmente me han hecho sentir como un
producto que responde a una necesidad cultural y publicitaria. Han tomado mi
cuerpo como un experimento porque el sexo ha dejado de ser algo sagrado.
Caricias técnicas para una noche de posturas técnicas. Vacío.
Me aburre la
moda y me abruma que ésta responda a una historia. ¿De verdad nos encontramos
tan vacíos? La imperfección me crea y me miro nuevamente frente al espejo. Me
quito el suéter que cubre mi cuerpo en esta mañana de otoño y salgo. Nunca
antes había tenido que enfrentar con tanto miedo mi apariencia. ¿Es la edad? No,
es sólo el vacío.
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