La reina del hogar

Por Viridiana Nárud 

Esta casa es fría. No hay mucho ni aquí ni allá. Ella, esa mujer frente a mí, está encerrada en sí misma. No mira a nadie más, aunque estoy frente a ella diciendo esto en voz alta y señalándola con el dedo. Me molesta el hecho de hablar en voz alta y no ser escuchada.

No sé si lo entienda. En la vida no existen maneras correctas de hacer las cosas. El error, la imperfección son las únicas constantes en la existencia del hombre. Mi madre está encerrada en un calabozo. No fue culpa suya. Sólo dijo que en realidad yo sí existía.

Esa mujer me ha concedido el favor de vivir sin existir. Cualquier persona que me vea o choque conmigo es castigada. A veces me pregunto si en realidad no soy un fantasma.





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