A X:


Te he descubierto midiendo mi cintura. Sé que me quieres porque te han dicho que debes quererme. Porque una mujer a mi edad guarda algunos sueños que yo no tengo. Sé que estás cansado y que confundes mi sosiego en las reuniones con cansancio ante la vida. ¿Has visto la mujer que hay en mí? ¿Aquella que durante un año se levantó a las 4:45 a.m. y que después de tener tantas pesadillas extraña soñarlas?
¿Sabes? No me gusta dormir acompañada más de dos noches. No me gustan los abrazos ni las muestras de afecto público. Sólo abrazo a mis amigos. Estando conmigo no vas a tener certezas de mis sentimientos. No es una elección. Mírame bien, a los ojos, y si crees que existe un alma búscala. No son mis medidas las que deben importarte. Tuviste suerte que este mes hiciera dieta y ejercicio. Hay meses, años, en los que no quiero hacer nada que me haga lucir bien porque nadie tiene que decirme cómo lucir.
Deja atrás la forma y mira la mujer que se crea frente a ti.

















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