Cine y mal sexo


Por Viridiana Nárud @viridianaeunice

Pienso que el mal cine es como el mal sexo. Mientras acontece te da tiempo para pensar en tus deudas, en cómo pagarlas, en tu ex, también te preguntas: ¿qué hago aquí si podría estar pasándomela mejor en otro lado? Eso me paso hoy, no por el sexo, al menos se hubieran dibujado unas chapitas en mi rostro, sino por el mal cine, es sí que no deja nada.  

Hoy me tocó ver “John From: Descubriendo el amor”, me hicieron creer que vería una historia apasionada de adolescentes, sin embargo, lo único que encontré fue aburrimiento y hacerme recordar mi adolescencia, también cuestionar a las personas que se atreven a poner su firma en una película. Pienso en mi adolescencia, en todas esas pláticas que tuve con mis amigas, sus primeros encuentros sexuales y su forma de comparar el pene de un hombre con los bolis de rompope. Quienes no lo sepan, los bolis son como congeladas gigantes de distintos sabores de leche. Sí, sin albur.  Después, la soledad y aislamiento al que mi vida me llevó. Empero, recuerdo que mi corazón sentía que iba reventarse en cada pelea con mi padre o madre, con mis primeras lecturas de Nietzsche y de ser una católica devota a ser una nihilista de mierda.

La adolescencia es más que alcohol, sexo, peleas con tus padres y fugas de la casa, es, al menos me gusta pensar, el primer gran estiramiento de tu alma. En esa etapa se templa una gran parte del cristal con el cual terminas de ver la realidad. Me parece absurdo que algunas personas tomen el cine como una forma de expresión vacía. Hemos tenido y continuamos luchando tanto por nuestra libertad de expresión, espiritual, física, sexual… quiero pensar que el cine aún tiene algo que decir y no sólo lo que espíritus vacíos con adolescencias aburridas nos quieren transmitir.  



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