Bellas de noche
Por Viridiana Nárud @viridianaeunice
Alguna vez,
un amigo me dijo: cuando uno ve la mirada de una mujer comprende su fuerza
espiritual, que existen recovecos en su alma que jamás el hombre podrá
penetrar. ‘Bellas de noche’ desencadenó una serie de cuestionamientos en donde
la libertad, dios, el desamor y el espíritu son protagonistas. ¿Qué es la
libertad? Es la posibilidad de elegir, se suele decir. Pero cuando uno no se ha cuestionado sobre este tema y cree que en el exceso se encuentra,
¿se puede hablar de plenitud en el ocaso de una vida? ¿Qué es el amor cuando
tiene precio? ¿Por qué tiene precio? ¿Se ama cuando ya nadie paga por él?
Pienso en un cuento que leí hace no
mucho, ‘Pico de Tor’. Habla de todos los viajes que hace
el ánima de la mujer para reconciliarse con su animus, que es la figura
masculina. La princesa es una mujer a quien nadie merece y sus amantes son “el
todo o nada”, confinándola a la soledad. Es hasta que esta princesa supera
todas las humillaciones del rey que es capaz de amar. La figura del rey, no es
más que la expresión masculina de la propia princesa. Yo me pregunto si estas
mujeres no han tenido que pasar las mayores humillaciones para encontrar en sí
mismas el amor.
Estas mujeres que por prejuicios en un pasado las hubiese
llamado superficiales, me hicieron entender que la complejidad que en ellas
habita las supera. Que dios, libertad y amor, son interrogantes disfrazadas de necesidades
que llevan al ser humano a una búsqueda en donde el cuerpo es partícipe y puede
ser maltratado por otros, sin comprender que en ese dolor existe una
respuesta. Sus miradas delirantes, algunas vacías, llenas de interrogantes, reflejan sus almas conflictuadas.
¿Por cuánto
tiempo más se va a juzgar a una mujer por su ideología, por si enseña y desnuda
su cuerpo por unos pesos? ¿Qué mal puede existir en querer sentirse siempre
deseada, a pesar de la edad, de la gravedad? ¿Qué mal puede existir en pensar
distinto? Esas mujeres son parias de una sociedad frívola que las utilizó y
humilló, que les hizo creer que su sueño era eterno, confinándolas al olvido y escrutinio
público. Yo las veo como esas semidiosas, como se describen, a quienes el
tiempo ha olvidado. Algo muy propio de nuestra sociedad que aniquilado a sus
dioses.
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