¿Pero, de qué trata el amor?
¿Qué hace a un hombre de mediana edad pagar por amor? Sin duda algo que llama mi atención es este aumento de hombres de mediana edad que al no haber podido concretar una relación, terminan pagando a una joven que mantenga una ilusión amorosa, incluso cuando ésta se limpia la boca después de besarlo. Ayer escuchaba una canción de Peso Pluma la cuál decía que no importaba que la mujer no posteara fotos con él ya que ella lo seducía como una bestia o algo similar, ¿pero, de qué trata el amor?
Dice Ortega y Gasset que ante la ausencia del amor uno tiene tiempo para reflexionar en él y tiene razón. El acto de amar habita el tiempo presente, requiere del cuerpo, de la fuerza y voluntad del individuo para entregarse de manera consciente o inconsciente a esta fuerza. En la Iliada de Homero, Júpiter el más grande los dioses, teme a Cupido ya que es el único dios que lo puede hacerse hincar frente a él. ¿Quién puede protegerse la fuerza de Eros cuando su llama nos abrasa?
El amor no es cualquier cosa, aunque la palabra esté prostituida y su significado extraviado, su fuerza es siniestra para quien no lo comprende. El amor no es un acto de libertad, es sometimiento ante al amado, ante él nos encontramos desprovistos de cualquier arma que pueda defendernos, porque este habita lo más profundo del alma.
En la mitología, Eros no es un querubín desnudo con pompitas al aire, por el contrario, es un personaje con fuerza masculina, sus músculos están tensos y fuertes, su belleza es sublime. Pero Eros tiene un pequeño defecto, está atado a la voluntad de su madre: Afrodita. Esta diosa, madre de la sensualidad y sexualidad femenina, sabe que el mundo de los hombres habita una mortal que por su belleza comienza a ser adorada como diosa, esta mujer es Psique. Si algo sabemos de estadios madre es que es celosa y voluntariosa. Ella, en su celo, pide a Eros flechar a monstruo para que Psique sea devorada por él, sin embargo, Eros al ver su belleza duda y en el arrobo su flecha lo ha lastimado.
Como sabemos, los dioses para contactar con los humanos se transforman. Eros no debe ser visto por una mortal. Cada noche llega al recinto de los enamorados y hace suya a Psique. Sus hermanas, llenas de envidia, comienzan a decirle que tal vez su marido sea un monstruo y tal vez por ello se oculta. Psique envenenada, aprovecha que Eros duerme para con ver en la oscuridad el rostro de su amado. El arrobo de su belleza, le hace temblar y una gota de aceite cae en el cuerpo de Eros. El huye. La historia Psique y Eros está llena de pruebas, de una madre que quiere impedir el amor de su hijo, de intervenciones divinas, de dudas y que cuando el Amor se enfrenta al sujeto amoroso, debe emprender un viaje a su psique, es decir, a su interior.
Dice Lacan que la madre es como un cocodrilo que abre sus fauces para devorar a su hijo y que el padre debe de intervenir con la fuerza suficiente para impedir que lo haga. De lo contrario el hijo será de ella eternamente. Las cursivas son mi aportación. Escribo todo esto, porque no existe provocación más grande de autoconocimiento que el amor encarnado en un sujeto. Amar es una perdida de control absoluto, es una entrega total, esperando que el sujeto amado sea misericordioso y se entregue a uno. El amor está lleno de dudas y nulas respuestas. El amor no es certeza.
Pagar por la ilusión nos permite tener certezas que el sujeto de nuestra ilusión siempre va a regresar a nosotros por a necesidad material, está en nuestro dominio y poder. No hay que olvidar que en donde hay poder no hay amor.
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