Carta a un padre:

 ¿Recuerdas las palabras que me dirigiste al creer que morías? Yo recuerdo muchas palabras que forman frases y maldiciones. Crecí bajo tu palabra y dominio. Constantemente decías que ni el Santo Papa podría quererme… ni el Santo Papa…

Crecer junto a ti fue crecer bajo un verdugo. Tus caricias lastimaban, los gritos en la casa. Tu vida llena de recuerdos. Un hombre aislado que alejo a su familia por vergüenza de sí mismo. Vivimos en una montaña, en casas, departamentos… ¿Nos mudamos más de veinte veces antes de cumplir los dieciséis?

Recuerdo las noches de carretera. El Caprice azul con quemacocos, las estrellas en el cielo. Los incendios en el bosque. Mi cabeza en el regazo de mi hermana. Estar en recostada en el jardín mirando al cielo.

Soy hija de los sueños de un padre que no se atrevió a vivir.

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