Correspondencia no entregada
Esa noche se
repite constante en mi mente. Me digo que es una huella sin
importancia. ¿Qué es el pasado cuando está presente? Pienso en cada paso que di
aquella noche para justificarte. ¿Sabes la angustia que he vivido durante
cuatrocientos veinticinco días? La libertad contigo fue una imposibilidad.
Sólo basta
una palabra para confundirme y olvidar las noches en que obligada por tu
encanto tenía que dormir abrazada a ti aunque sabías que no lo haría porque
todas las madrugadas a las 4:45 a.m. despierto invadida de pesadillas y sólo
quiero estar en mi cama y prender la luz de la recámara. Aunque me aferré a
ti, la angustia fue constante.
¿Conoces de
misericordia?
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