Silencio
Por Viridiana Nárud
He despertado con un encabronamiento que me hace sentir
asfixia en las mañanas y en las noches no me deja dormir. Quisiera conocer la
verdad. El silencio es la mayor afrenta a la que debe enfrentarse el ser
humano, por eso lo odio. En mi vida todos han guardado silencio, nunca nadie
dice nada ni siquiera dios en las noches de angustia.
Dicen que en la vida todo tiene un motivo y una razón, al
menos, eso es lo que dice el personaje de Stalker en la película de Tarkovski,
pero guarda silencio. Las razones y los motivos permanecen guardados y uno
tiene que sonreírle al destino y decir que está bien. Arrojarte a él con consciencia, nunca fue una tragedia, es lo que
repito últimamente para encontrar consuelo. Sólo que uno no puede estar
consciente todo el tiempo. No soy más que un ser humano teniendo problemas humanos.
He tratado de descifrar los misterios del alma humana, he
fracasado. Jamás podré. El saberlo no me limita, sólo expande mi espíritu. Mi
alma, por el contrario, encuentra recovecos más profundos en donde ocultarse y
tengo que ir tras ella para hacerla nuevamente mía. Quisiera que los muertos, los
dioses y los hombres hablaran de aquello que sienten. Tendré que acostumbrarme
a la ira, a la impotencia y darle consuelo a esta alma que me ha poseído.
Me niego a creer que amar al prójimo y al mundo nos exime de una
mayor dicha, que es el amarnos a nosotros mismo. Dicen que el sacrificio es un
acto de amor provocado por la necesidad de expresión del amor ante la
incapacidad de amarse a uno mismo, pero yo no lo creo.
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