El fracaso de la conquista
El fracaso de la
conquista
Por Viridiana Nárud
@viridianaeunice
A veces me
pregunto si en esta búsqueda de la libertad no hemos perdido como mujeres la
capacidad de asombro y hemos sobrevalorado la razón al tratar de descifrar enigmas.
Ya que pretender medir al otro a través de nosotros mismos nos negamos al
misterio y complejidad del ser humano, que es la nuestra.
Si fuéramos
la medida de las cosas no existiría el arte tratando de revelar aquello que
somos como especie o lo que no somos a través del antiarte, que es la ausencia
del primero. Y en medio de esta ausencia, que se encuentra unida a la
presencia, hayamos la creación que yo relaciono con el amor. El amor es la
presencia del otro en la ausencia a través del recuerdo.
A veces
pretendemos que el otro nos regale una serie de experiencias que puedan ser
acumuladas en nuestra memoria para jamás olvidarlo, lo cierto es que en
ocasiones sólo basta un beso, un encuentro, un toque mínimo para que el otro
sea el detonante del mayor misterio que ha enfrentado el hombre. Es cierto
también que procuramos que el otro encaje en la medida justa de nuestras
necesidades. Pero el otro no es una medida, ni una necesidad, es un ser humano
habitado por un universo creado por sus antepasados y su propia historia. Nada
de lo que nosotros queramos atribuirle puede ser cierto, sólo aquello que se
nos muestra.
Así que
dejemos atrás la razón, dejemos de tratar de ganar el amor con guerras, porque
el otro no es un territorio; es un hombre que en su materia alberga mente y
espíritu. Dejemos atrás la lucha por el poder, ya hay demasiada sangre en el
mundo. Enfrentémonos al otro como lo que es, “una inseguridad hermosa”.
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