EL SILENCIO DE LA VIOLENCIA
Por Viridiana Nárud
Durante mi vida he aprendido que la mejor manera de no hacer enojar a una persona es a través del silencio. Sin embargo, el silencio puede hacer perder a una persona y convertirla en víctima. Es curioso que algunas personas interpretan el silencio como una muestra de sometimiento y triunfo de su poder. Cuando uno cede, por pequeño que parezca ese terreno, el agresor, el asechador, el acosador, acumulará estos triunfos hasta despojarte de tu dignidad, de tu tranquilidad.
Hoy soy víctima de ¿acoso?, ¿hostigamiento?, ¿robo?,
¿traición? No sé si una o todas al mismo tiempo. Si algo caracteriza a la víctima
es su falta de voluntad ante su victimario. ¿Cómo pudo pasarle? ¿Por qué no se
dio cuenta antes? Sí, ¿por qué no me di cuenta? No lo sé, pero así pasa. Un día, tienes pesadillas, otro, tu
teléfono suena y sabes que escucharás gritos llenos de chantajes e insultos,
miradas llenas de odio.
No debí callar, no debí hacer caso cuando mi amigo me dijo:
No es para tanto… ¿Por qué entonces el miedo? ¿Por qué comienzo tener miedo de
mi integridad física? ¿Por qué una persona puede lastimarte con palabras y acciones y por qué, lo que me parece más grave, no son mal vistas? ¿Por qué sólo la violencia física alerta a los otros, a uno mismo? ¿Por qué me siento tan mal? es otra de las preguntas que no me dejan dormir.
Hoy quiero decir que la única manera en que nos convertirnos
en víctimas es a través del silencio, de no dar importancia a esa violencia y
que para no tener problemas preferimos ceder. Cuando lo hacemos, accedemos sin saberlo a que ese agresor dirija en contra de nosotros una avalancha que piensa acabar con nosotros.
Hoy entiendo que decir: No estoy de acuerdo, es
una manera de restar poder al agresor. No hay que ceder terreno por miedo, la
palabra es nuestra única aliada. Hoy no sé como despojarme de esa odiosa
palabra y poder retomar la confianza en mí. La única pregunta constante es mi
cabeza es: ¿Cómo saber cuándo estoy siendo víctima de abuso? ¿Cómo? Porque muchos
creerán que es demasiado obvio, pero no es así.
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