Entre sueños y falacias
Por Viridiana Nárud
@viridianaeunice
Hace muchos
años me encontré con Damián Alcanzar afuera del condominio de productores.
Cargaba una bolsa de plástico llena de medicamentos y su aspecto era
impresionante. Me pregunté ¿cómo uno de los mejores actores de cine mexicano podía
vivir una situación de precariedad económica? Al menos, eso me pareció después
de verlo subir al camión. Tiempo después, escuché en algún programa que él se
mantenía incorruptible en su trabajo ya que se encontraba comprometido con su
creencia de hacer cine. Palabras más o menos, Alcazar me conmovió por su
integridad. Al menos, en su oficio de actor. Muchos años después de mi primer
encuentro, volví a ver al actor en el CCC (Centro de Capacitación
Cinematográfica), no sólo se veía mejor de salud, también portaba una chaqueta
de cuero color miel, unos jeans bien planchados y un buen corte de cabello. Se
veía radiante. Quise acércame a él y decirle que me causaba admiración. Me
contuve y guardé mi sentimiento.
Hoy,
mientras hablaba de los sueños, de su poder creador, le platiqué a mi hermana
de este actor y la anécdota que acabo de contar. Como escritora que trabaja
bajo su propio mando, a veces me pregunto si este es mi lugar. Quisiera venderme y vivir del oficio de escribir. Tengo dudas la mayor parte
del tiempo. Pero los recuerdos y los libros aparecen de manera mágica. Así que este cruce entre mis recuerdo y mis lecturas me hicieron detenerme de esa idea absurda. Mientras
estudiaba la biografía de Akira Kurosawa leí el consejo que su padre le dio después
de un gran extravío. Dice así:
“No
hay por qué ponerse nervioso”. Me decía que si esperaba tranquilo me cruzaría
con el camino de mi vida en su momento. No sé exactamente qué le llevó a decirme
esas cosas; puede que hablase por experiencia propia, Más tarde sus palabras se
cumplieron de una forma increíble.
Supongo que
cuando uno se arroja a esta búsqueda de la libertad, los nervios se te erizan
todo el tiempo. Y, es que más que miedo, me encuentro nerviosa. A mi edad, todos hemos
vivido desencuentros con nuestro oficio y nos hemos enfrentado ante
charlatanes que, disfrazados de sueños, te lastiman. Pero ellos no son sólo más
que falacias que todo héroe debe pasar. Los sueños se encuentran llenos de
misterio, pero son reales cuando se persiguen. Pienso en Alcazar, Tarkovski,
Kurosawa, García Márquez y muchos, muchos más. Todos ellos persiguieron sus creencias
y hoy nos inspiran a buscar la verdad y la libertad en la vida.
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